Entre las pruebas que complican a Jorge y Pablo Escobar están los testigos que los vieron atacar a Jesús Nievas.
Jorge Daniel y Pablo Rafael Escobar tuvieron este sábado el destino que, a juzgar por la evidencia en su contra, parecía inevitable: la Penitenciaría de San Luis. El juez de Garantías 1 de Villa Mercedes, Alfredo Cuello, les dictó la prisión preventiva, en principio, por los próximos cuatro meses. Los hermanos están imputados por asesinar a puñaladas a Jesús Eduardo Nievas, su vecino del barrio Eva Perón 3, a quien le exigían el pago de mil pesos por la venta de una campera.
Antes de que el magistrado diera a conocer su resolución, el fiscal a cargo de la investigación, Maximiliano Bazla Cassina, detalló cuáles son las pruebas que demuestran que Jorge, de 27 años, fue el autor del "Homicidio simple" y Pablo, de 26, fue partícipe necesario de ese delito.
El representante del Ministerio Fiscal indicó que los elementos probatorios, entre ellos los relatos de cuatro testigos presenciales del ataque, confirman que los Escobar fueron en moto hasta lo de la víctima, el miércoles 20, cerca de la una de la tarde. La vivienda de Nievas, al igual que la de los acusados, está ubicada en el asentamiento que hay en el Eva Perón 3. El hombre convivía con su pareja y un amigo.
Apenas llegaron se generó una discusión, con agresiones verbales de por medio, por el dinero que supuestamente Nievas les debía. En un momento, uno de ellos sacó un cuchillo y alcanzó a cortarle una oreja al hombre, que tenía 34 años.
La víctima escapó corriendo hacia la calle. Los Escobar salieron detrás, a bordo de su motocicleta. "Después se armó un pequeño enfrentamiento de piedras y Nievas, cuando quiso huir, se cayó al piso. Ahí uno los imputados lo apuñaló y lo mató, mientras el otro estaba a las pedradas con los amigos del fallecido para que no fueran a defenderlo", narró Bazla Cassina.
Otra prueba que deja mal parados a los hermanos es el resultado de la prueba química hecha en la moto 150, que le incautaron al mayor de los sospechosos.
La pericia hecha con luminol (la sustancia química que se torna azul al entrar en contacto con la sangre) reveló la presencia del rastro hemático en el manubrio de la moto.
Por todo eso y porque una vez cometido el crimen los Escobar demostraron su intención de evadir la Justicia, requirió para ellos cuatro meses de prisión.
Por su lado, Pascual Celdrán, el abogado de la familia de la víctima, adhirió a la medida de coerción pedida por el fiscal instructor. Remarcó, además, que hubo premeditación en el asesinato y consideró que la prisión preventiva debería mantenerse hasta la instancia del juicio oral.
La representante de los acusados, la defensora oficial Cecilia Mithiaux, dijo que no está acreditada la relación causal entre la conducta de los hermanos y las heridas mortales, porque se trató de una riña. También pidió la nulidad de los cuatro allanamientos que hizo la Policía y, finalmente, argumentó que sus defendidos tienen derecho a esperar el debate oral en libertad.