A una de las víctimas le abrieron la camioneta con un inhibidor; al otro le desvalijaron su local para mascotas.
Los efectivos de la Dirección General de Investigaciones tuvieron una semana ajetreada con más de una decena de allanamientos. Seis de ellos fueron por dos robos ocurridos en la capital puntana: uno perpetrado con un inhibidor de alarmas para vehículos y otro en un local para mascotas. Las requisas terminaron sin detenidos, pero con el secuestro de varios bienes de las víctimas.
A principios de la semana pasada, Lucas Coria empezó el día con la triste noticia de que le habían robado en su local de venta de alimento para mascotas, en avenida Aguirre Celi al 1600. Los ladrones rompieron la cerradura de un portón de acceso al comercio y se llevaron una balanza digital marca Kersl, varios collares y pecheras para perro, artículos para acuarios, artículos de limpieza, un domo cámara de seguridad, posnet, un router, dinero en efectivo, bolsas de alimento, peceras y peces.
Ese mismo día, pero por la tarde, el personal del Departamento de Investigaciones llevó adelante un allanamiento en calle Chubut al 1700, en la zona oeste de la ciudad, pero en busca de dos cubiertas robadas. La propietaria de ese domicilio, que no está vinculada a la causa, entregó de manera voluntaria las ruedas y también una balanza digital, una manta para perro con motivo de mariposas, una correa azul y un pretal rojo.
Cuando los investigadores supieron que esos bienes eran de Coria iniciaron actuaciones paralelas y solicitaron otras tres órdenes de allanamientos en domicilios relacionados, que se concretaron el viernes en calles Villasalles al 1700, Tacuarí al 100 y Luján al 200. Allí recuperaron más de diez collares, correas, bozales, pecheras, bombas de agua y conectores para peceras y seis aves en cautiverio.
Un día antes, el jueves, Nicolás Gatti acudió a la Comisaría 1ª para denunciar que le habían robado ropa y una mochila con varios bienes de dentro de su camioneta, una Volkswagen Amarok que dejó estacionada afuera de su local, La Taberna, en avenida Juan Gilberto Funes y Colón.
Pero la víctima ya tenía una pista del posible autor, que fue a su comercio junto a una mujer y una niña y quedó captado por cámaras de seguridad internas, y también externas, que registraron cómo abrió la camioneta, que estaba con la alarma conectada, y metió medio cuerpo dentro del vehículo para llevarse el botín, que incluyó una campera inflable negra y una mochila de marca Samsonite, con una notebook marca Lenovo, su DNI, la licencia de conducir, tarjetas de débito y crédito, 70.000 mil peso, doscientos dólares y dos chequeras.
Las filmaciones sirvieron para identificar a un sospechoso de apellido Olguín Ojeda, conocido en el ambiente delictivo y con un amplio prontuario, informaron fuentes de Investigaciones. Con ese dato, los pesquisas solicitaron tres órdenes de allanamientos en domicilios de barrio Esperanza II de la capital.
Los procedimientos se concretaron el sábado y terminaron con el secuestro de prendas de vestir que Olguín Ojeda vestía al momento del robo, pero a él no lo hallaron y tampoco las pertenencias de Gatti. No obstante, la causa sigue abierta.