Es la única opción que tiene el hombre para que las autoridades le respondan.
No es la primera vez que Sergio López tiene que encadenarse en la puerta de las oficinas del PAMI en Villa Mercedes para obtener respuestas. En las últimas horas, volvió a hacerlo porque no le "renuevan la internación domiciliaria" a su madre de 89 años.
"Se venció el 29 de septiembre; renovamos, pero fue rechazada. La volvieron a cargar, y todavía no tengo noticias. La salud de mi mamá está muy deteriorada, sin asistencia médica ni cuidadora", comentó este jueves.
“Dicen que falta un informe, que tengo que seguir esperando, pero ¿hasta cuándo? Es una situación que no se aguanta más. Que no le den más vueltas; esto es mucha burocracia”, señaló.
Meses atrás, López fue noticia cuando comenzó a exigir que la obra social provincial la asistiera en su casa. De ese modo, consiguió que los médicos atendieran el caso y fueran hasta la vivienda que habita la mujer en el Barrio Jardín del Sur.
El responsable del organismo es Diego González: “Él nunca dio la cara, y yo tengo que venir a encadenarme porque no me queda otra. El problema de mi mamá es grave, aunque no lo sea para ellos. Le va a cortar la pierna, no es una broma”.
La actitud a la que se enfrenta le hace pensar en lo insensibles que son los funcionarios: “Que se muera el perro”.
