Según sostuvo la Fiscalía, la modalidad y la frecuencia con la que el condenado atacó a las hijas de su pareja, el rol de padre que ejercía, la violencia que desplegó y la lujuria que demostró, la conducta delictiva tuvo entidad suficiente para generar consecuencias negativas.
Un hombre de 43 años fue condenado en la ciudad de Santa Fe a 21 años de prisión por el abuso sexual de dos niñas, hijas de su expareja, y por obtener rédito económico de la actividad de al menos cinco mujeres que ejercían la prostitución.
El tribunal compuesto por los jueces Pablo Ruiz Staiger, Héctor Gabriel Candioti y Nicolás Falkenberg lo halló culpable de abuso sexual con acceso carnal, abuso sexual gravemente ultrajante y promoción a la corrupción de menores, en los tres casos calificados por la guarda y por la convivencia. Además, recibió la pena como autor del delito de facilitamiento de la prostitución ajena calificada, por abuso de una situación de vulnerabilidad, y de explotación de la prostitución ajena.
La Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual del Ministerio Público de la Acusación (MPA) indicó que quedó probado que los abusos a las dos niñas ocurrieron en reiteradas oportunidades entre 2012 y 2016, cuando las víctimas transitaban la escuela primaria. El hombre vulneró la integridad sexual de las víctimas en momentos en los que estuvo a solas con ellas en distintos domicilios en los que residieron junto a otros integrantes de la familia.
Según sostuvo la Fiscalía, por la modalidad y la frecuencia con la que el condenado atacó a las hijas de su pareja, el rol de padre que ejercía, la violencia que desplegó y la lujuria que demostró, la conducta delictiva tuvo entidad suficiente para generar consecuencias negativas en la salud física y psicológica de ambas víctimas.
Además, los fiscales sostuvieron que la persona condenada coordinó y obtuvo rédito económico de la actividad de al menos cinco mujeres que se dedicaban al intercambio de sexo por dinero, entre noviembre de 2018 y abril de 2019.
El MPA precisó que el hombre se encargaba de trasladar por diferentes lugares de Santa Fe -Coronda, Puerto San Martín, San Lorenzo y Esperanza- a las mujeres que ejercían la prostitución y les exigía la entrega de dinero a cambio de cada viaje.