Villa Mercedes: Vendió hasta su casa para emprender y ahora regala viandas a familias necesitadas

Antonella Escudero y su esposo Juan están al frente de la rotisería "El Patrón" en la esquina de Suipacha y Rafael Cortez. Además de proporcionar comida de calidad a sus clientes, también ayudan a los más necesitados y planean crear más empleos.


Antonella Escudero, de 32 años, lleva cinco años trabajando en la industria gastronómica. Empezó preparando viandas en su hogar debido a la falta de oportunidades laborales. Al principio, solo vendía dos viandas por día y las entregaba personalmente. Pero ahora, su rotisería vende aproximadamente mil viandas por día.

Antonella y su esposo, Juan, siempre quisieron tener su propio negocio. Un día, mientras pasaban por la esquina de Suipacha y Rafael Cortez, vieron el lugar perfecto para establecer su rotisería. Después de golpear la puerta de al lado, preguntar si estaba disponible y dejar su número, finalmente lo lograron.

Pero para hacer realidad su sueño, la pareja tuvo que vender su casa. "Siempre hay que arriesgarse", dijo Antonella. "Nos deshicimos de algo para cambiar nuestras vidas, y valió la pena porque conseguimos todo lo que tenemos hoy", agregó.

Además de las mil viandas que preparan a diario para sus clientes, el equipo de "El Patrón" también ofrece comida gratis para quienes más lo necesitan. La semana pasada, cuando colocaron una pizarra afuera de su local anunciando las viandas solidarias, llamaron la atención de todos. Cada día, entregan más de 30 porciones de comida caliente a personas que sufren la crisis económica.

"Siempre hemos sido solidarios, y pensamos que podíamos ayudar de esta manera", dijo Antonella. "Preparamos más comida de la necesaria y la entregamos a quienes no pueden pagarla. Todos merecen tener algo para comer", agregó.

Los platos que regalan son los mismos que venden al público. "En nuestra rotisería somos muy empáticos con todos", explicó Antonella.

La joven se considera una persona muy creyente y está convencida de que sus sueños se harán realidad. "Dios me estaba preparando para lo mejor", dijo.

Antonella cree que su iniciativa es un "dar y recibir constante". Recibe "la gratitud de Dios" y luego la entrega a las personas necesitadas. "No hay que dejar de soñar, hay que creer que se puede hacer realidad. Yo le dije a mi equipo 'voy a tener mi cocina y las llevaré a trabajar conmigo'", señaló.

Antonella está agradecida con los clientes que compran en su rotisería porque ayudan a mantener su negocio en funcionamiento. Además, como parte de su proyecto a futuro, espera poder generar más empleos en el sector gastronómico. "La gastronomía siempre ha sido mal pagada, pero sé que puedo cambiar eso", concluyó.