El chiquito había caído en un estrecho hueco de 32 metros de profundidad. Rescatistas y voluntarios trabajaron sin descanso, cavando en paralelo, y consiguieron sacarlo de esa terrible situación, pero minutos después informaron su deceso.
Los equipos de socorristas lograron rescatar este sábado al pequeño Rayan, de apenas cinco años, quien había caído a un pozo de 32 metros de profundidad el último martes cerca de su vivienda en el poblado de Ighran, en Marruecos, situado a unos 70 kilómetros de la ciudad norteña de Chauen.
El responsable del comité de seguimiento y vigilancia de la operación, Abdelhadi Tamrani, dijo que los rescatistas trabajaron en todo momento con “la gran esperanza” de salvarlo. Durante los días que se encontró dentro del hueco, al menor se le insufló oxígeno de forma continua, además de agua y azúcar.
Los especialistas descendieron con un equipo de médicos. Además, un helicóptero y una ambulancia esperaron a pocos metros para atender a Rayan en cuanto lo sacaron.
El tema concitó la atención mundial, uniendo las plegarias de todas las religiones en procura de rogar que el pequeño sobreviviera a ese calvario en ese estrecho pozo (en el fondo tenía apenas 45 centímetros de espacio).
Las horas finales del operativo de rescate fueron extremadamente complejas, y en determinado momento los rescatistas debieron suspender el uso de maquinaria, por el riesgo de derrumbe que podía terminar, ya a escasa distancia del pozo en el que se encontraba el nene, provocando deslizamientos que le causaran la muerte.
Rayan cayó accidentalmente en un pozo seco excavado a una distancia muy próxima a su casa, en la aldea de Ighrane, cerca de la ciudad de Bab Berred, en la provincia de Chefchaouen (norte). La construcción apuntaba a ser un pozo de agua y no había sido terminado.
Los equipos que tuvieron parte en las operaciones de rescate Miles de personas, algunos originarios de la región, acudieron al lugar del accidente para mostrar su solidaridad. Algunos aplaudían para animar a los socorristas.
Un equipo médico se había desplegado en el lugar del accidente para "realizar los exámenes iniciales y las intervenciones de reanimación del niño", indicó la agencia de prensa MAP.
Las tareas se realizaron con extremo cuidado para evitar derrumbamientos de la tierra arcillosa, de forma manual, por dos equipos que se fueron turnando para perforar un túnel al pie del enorme muro dejado por las máquinas que ya excavaron hasta abajo. En las mismas también participaron ingenieros, topógrafos y personal de protección civil.
FP / ED