El juez que entiende en la causa ordenó que concurra 2 veces por semana a la comisaría, una orden de restricción y de contacto con la adolescente y su familia.
El martes de la semana pasada, un joven de 20 años le fracturó la nariz a su novia de 16 en una vivienda de Justo Daract, además de pegarle en el estómago y agarrarla del cuello. Quedó detenido tras la denuncia y ayer le formularon cargos por “Lesiones graves doblemente calificadas por el vínculo y por cometerse en contexto de violencia de género”, y a pesar de que la fiscalía remarcó que la víctima está en peligro, el agresor quedará libre.
El juez que entiende en la causa ordenó que concurra 2 veces por semana a la comisaría, una orden de restricción y contacto para con la adolescente y su familia, la abstención de consumir alcohol y droga y que realice un curso de masculinidades.
En la primera audiencia que se celebró el viernes pasado, el abogado Gustavo Otegui, que representó al acusado, solicitó una prórroga de la detención de seis días para buscar pruebas que alivien la situación de su cliente. Este jueves sostuvo que la relación de pareja era conflictiva, que si hubo una situación de violencia fue involuntaria y hasta defensiva.
También que se opone al agravante del contexto de violencia de género, ya que no hubo reiteración de hechos similares, y que deben merituarse solamente las circunstancias de tiempo, modo y lugar.
El fiscal de Instrucción Leandro Estrada sostuvo la calificación amparándose en el informe de valoración de riesgo, y aseguró que sí existieron otros hechos de violencia, pero que no fueron denunciados. Yesica Agüero, defensora de Niñez y Adolescencia, adhirió a Estrada y pidió que se tenga en cuenta la disfuncionalidad vincular, que generó una simetría del poder no solo por la edad de la víctima, sino por las conductas del acusado.
La fiscalía solicitó tres meses de prisión preventiva por el riesgo de entorpecimiento de la investigación que resta, por el riesgo a la integridad física de la víctima y el grado de vulnerabilidad en la que se encuentra, que la hace susceptible a la influencia del imputado.
Otegui mencionó que su cliente tiene arraigo y trabajo en la localidad, se opuso al encarcelamiento y propuso las alternativas por las que finalmente se inclinó el juez Alfredo Cuello.
La víctima fue provista de un botón antipánico, pero para el fiscal Estrada quedó expuesta.