La sequía de los últimos periodos impacta en las reservas hídricas de la provincia hasta llegar al punto donde los niveles llegan a 16 metros por debajo de lo indicado.
La experiencia en San Luis con la sequía durante los últimos tiempos ha sido, cuanto menos, compleja tanto para la distribución del agua a los ciudadanos como para los productores de las economías regionales.
Los dos últimos veranos fueron críticos para los sanluiseños ya que distintas ciudades y localidades quedaron expuestas por las limitaciones en la infraestructura. En muchos casos los municipios, sobre todo los gestionados por dirigentes opositores, hicieron frente en soledad como pudieron a la emergencia. El Gobierno estuvo ausente y en los casos de las comunas que recibieron apoyo la asistencia llegó tarde.
En función de este cuadro de situación no se avizora un panorama alentador para el próximo verano. El problema que no fue abordado de lleno por la actual administración estará en el inventario no escrito que dejará Alberto Rodríguez Saá dentro de la pesada herencia al Gobierno de Claudio Poggi.
Los datos difundidos por San Luis Agua, la sociedad del Estado del Gobierno provincial, evidencian un escenario en el que el recurso escasea.
A lo largo de todo el territorio provincial hay distribuidos 20 diques de los cuales 16 se encuentran por debajo de la cota, es decir, que ninguno alcanza los niveles normales.
