Cristina y Máximo Kirchner creen que el acuerdo con el FMI los lleva a la derrota en 2023

Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo están muy preocupados porque creen que los condicionamientos y el impacto que tendrá el acuerdo con el FMI sobre la economía son un camino que les garantiza una derrota electoral en las elecciones presidenciales del año próximo.


Más allá del malestar de Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo con la pobre prestación de Alberto Fernández como jefe de Estado, concretamente están muy preocupados por los condicionamientos y el impacto que tendrá el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional sobre la economía real. “El default no era la salida, pero las consecuencias de este entendimiento con el FMI es un camino directo a la derrota electoral del Frente de Todos el año que viene”, dicen en el universo K.

“Las restricciones en materia fiscal y los aumentos de tarifas van a impedir que lleguemos al año próximo con una recuperación en los bolsillos del electorado que ya perdimos en las últimas legislativas”, comenta a MDZ un vocero del Instituto Patria anticipando un escenario de derrota electoral para las elecciones presidenciales. “Cómo recuperamos esos votos si la gente sigue perdiendo poder adquisitivo, no se puede ganar si legitimamos un ajuste más light o no, lo concreto es nosotros acostumbramos a la gente al consumo y al asadito de los domingos, todo eso no va a estar disponible”, plantea un intendente bonaerense alineado con la vicepresidenta.

El escenario que traza el kirchnerismo no parece ser muy reprochable, tradicionalmente los oficialismos que llegan a los comicios presidenciales con inflación y caída de la demanda suelen ser derrotados. Esta mirada es compartida por otros sectores del Frente de Todos, pese a discrepar totalmente con la renuncia de Máximo a la presidencia del bloque de diputados. “Al final vamos a hacer lo mismo que Mauricio Macri en 2018, le sembramos el camino a Juntos por el Cambio para vuelvan a ser Gobierno”, comenta cerca del jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde.

Esta mirada pesimista en términos de especulación política no genera otra cosa que un creciente malestar con el presidente y, sobre todo, con el ministro de Economía, Martín Guzmán, la figura que más se devaluó en el mundo del oficialismo en las últimas semanas. “No entiende nada de política, ya fue responsable el año pasado de la derrota en las legislativas y ahora mintió y escondió la letra chica y nos lleva directo a perder el año que viene el Gobierno nacional”, comentan los Barones del Gran Buenos Aires.

“Todos se la ven venir por eso vamos a tener una catarata de adelantamientos de elecciones provinciales, los gobernadores peronistas van a querer salvar la ropa y nadie va unificar esos comicios con las presidenciales para evitar el efecto arrastre de Juntos por el Cambio”, comenta un senador de larga trayectoria. Por más que la idea de la Casa Rosada apunte a realizar una gran primaria con varios candidatos presidenciales, lo cierto es que no aparece en el firmamento del FdT una figura que mueva el amperímetro.

En estas condiciones resulta entendible el interés de los intendentes de la provincia de Buenos Aires por desdoblar las elecciones a gobernador de las presidenciales. “Es un comicio que se gana por un voto y ahí podemos salvar la ropa y quedarnos con el control del principal distrito del país, después veremos qué pasa, lo importante es conservar la provincia y los territorios municipales que venimos controlado desde hace años, así se puede condicionar al presidente que venga”, dice un alcalde del GBA.