Caso San Buenaventura: los relatos de 2 víctimas complican al profesor

Audiencia. Ya exhibieron las grabaciones de tres audiencias de Cámara Gesell, pero aún resta exponer otras. Foto: Juan Andrés Galli.
Audiencia. Ya exhibieron las grabaciones de tres audiencias de Cámara Gesell, pero aún resta exponer otras. Foto: Juan Andrés Galli.

Las especialistas que hablaron con las niñas concluyeron que sufrieron traumas de índole sexual.


El debate oral contra Juan Manuel Chaves, el profesor de música acusado de abusar de sus alumnos en el colegio San Buenaventura de Villa Mercedes, continúa. La semana pasada expusieron lo que una de las víctimas relató en la Cámara Gesell que le hicieron en diciembre de 2017. Y esta semana, en la última audiencia exhibieron lo que otras dos niñas contaron sobre lo vivido en las clases del acusado y, además, declararon las psicólogas que entrevistaron a las criaturas durante esas audiencias. Lo que dijeron las nenas confirmó que los ultrajes se dieron en medio de un juego llamado "El gato y el ratón" y las profesionales de la Cámara Gesell concluyeron que las pequeñas dieron cuenta de haber sufrido traumas de naturaleza sexual.

En las grabaciones de esas audiencias el tribunal escuchó lo que a lo largo de la investigación repitieron otros niños. Es decir, que desde el inicio del año lectivo de 2017, todos los miércoles, Chaves abusaba de sus alumnos de primer grado.

Los ultrajes ocurrían cerca de las 14, en el aula más alejada que tiene el establecimiento educativo, ubicada en su ala este, lindante al polideportivo y sin cámaras.

"En el contexto de un juego, 'El gato y el ratón', el acusado ponía la canción de 'El niño caníbal', que es algo que alarma por su contenido, su letra, que establece que el niño no tiene que hablar ni con su mamá ni con su papá, que no tiene a nadie, que está solo, y cuando él frenaba la música, los chicos tenían que tirarse al piso", relató la abogada. Los chiquitos debían arrojarse al suelo y taparse los ojos. Era a partir de ese momento que ocurrían los ultrajes, dijo.

Luego declararon las dos psicólogas, encargadas de la Cámara Gesell, que interrogaron y evaluaron lo que las pequeñas narraron. Explicaron que las sometieron a una batería de preguntas y test para establecer si tuvieron un padecimiento traumático de índole sexual. Y ambas concluyeron que así fue.

"En algunos casos el relato era más claro que en otros, porque hay que recordar que eran niñas que tenían seis años al momento de la Cámara Gesell y al ser tan pequeñas y hablar de un tema que no está en su repertorio como la sexualidad, es posible que no puedan conceptualizarlo como sí lo haría un adulto o un adolescente", explicó Eguinoa.

El juicio continuará el lunes, con más testimonios.